Antoine de Saint-Exupéry – El principito

Cuantas veces he visto la misma escena con diferentes actores al ver una fotografía, diciendo: “esos tiempos si eran buenos”. Pareciera que no disfrutamos nunca nuestro presente, y cuando ya estamos en el futuro es cuando lo empezamos a valorar, dándonos cuenta que ya el presente es pasado también, y que tal vez pudimos disfrutarlo mejor de lo que lo hicimos.

También una frase muy común que escucho es la de “como quisiera ser niño otra vez”, de la cual me he preguntado si realmente deseamos eso, o desean eso cuando se dice, cuando en realidad lo que añoramos es la misma esencia con la cual vivíamos nuestras vidas.

Esta ocasión en tragos, hacemos un recuerdo de aquel libro que aunque no nos guste el hábito de leer, creo que ha pasado por las manos de la mayoría, y hablo de la obra de Antoine de Saint-Exupéry, la cual en su sencillez se encuentran muchas grandes enseñanzas.

Disfruten sus tragos… algunos ya muy conocidos.

Tragos literarios presenta a:
Antoine de Saint-Exupéry en El Principito

dfh

  •   Hay que exigir a cada uno lo que cada uno pueda hacer.

  •   La autoridad reposa, en primer término, sobre la  razón.

  •   Es mucho más difícil juzgarse a sí mismo que juzgar a los demás. Si logras juzgarte bien a ti mismo eres un verdadero sabio.

  •   Los vanidosos no oyen si no las alabanzas.

  •  Los hombres ya no tienen tiempo de conocer nada. Compran cosas hechas a los mercaderes. Pero como no existen mercaderes de amigos, los hombres ya no tienen amigos.

  •  Cuando se quiere ser ingenioso ocurre que se miente un poco.

  •  Si vienes, por ejemplo, a las cuatro de la tarde, comenzare a ser feliz desde las tres.

  •  No se ve bien sino con el corazón. Lo esencial es invisible a los ojos.

  •  Ya se trate de la casa, de las estrellas o del desierto, lo que los embellece es invisible.

  •  Pero los ojos están ciegos. Es necesario buscar con el corazón.

Por Abinadí Hita

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